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El cerebro emocional: ¿porqué me pasa siempre lo mismo?
Vivir en el presente es un constante desafío que requiere abandonar las “adicciones” emocionales y pasar a la acción consciente, la acción más pequeña vale más que la intención más grande. ¿Es posible la influencia del cerebro consciente en la neuroprogramación del subconsciente?
Es cierto que las emociones y el instinto biológico son muy fuertes y condicionan muchas de nuestras conductas automáticas, incluso con todos los avances neurocientíficos y las avanzadas técnicas de la ciencia del desarrollo personal hay muchísima gente que aun dice “No puedo cambiar, conmigo no hay nada que hacer”
La experiencia demuestra que nuestro cerebro puede aprender nuevas habilidades y comportamientos a cualquier edad y cambiar totalmente su programación si logramos conectar con la mente consciente, es precisamente lo que buscan los profesionales que trabajan en coaching y neurociencias, llegar a esos niveles de consciencia donde la persona sepa como orientar su vida de una forma más ordenada y vaya programándose basado en el logro.
¿Renunciar a nuestras emociones “negativas” de siempre? ¿Lograr nuestros mejores potenciales y resultados? ¿Superar nuestros miedos? ¿Mejorar lo que ya somos? ¿Relacionarnos mejor? todo eso es posible a través del cerebro consciente especialmente el lóbulo frontal, el director ejecutivo responsable de la voluntad, la planificación, la capacidad de enfocarse, la estrategia intencional y la visualización, es esa parte del cerebro la que logra reprogramar al cerebro emocional, quien finalmente es responsable de nuestras respuestas automáticas.
¿Por qué no somos capaces de conectar con esa parte del cerebro que tiene tanto poder? Desde el cerebro consciente se producen unos pensamientos generados por la percepción del entorno y por nuestro dialogo interno, esos pensamientos a través de la ley de la repetición y de la asociación programan la mente subconsciente ó cerebro emocional en forma de emociones, sentimientos, creencias y paradigmas, la forma en la que vemos el mundo, y ese cerebro emocional se manifiesta a través del cuerpo por medio de comportamientos y acciones que finalmente producen unos resultados positivos ó negativos. Si nuestros objetivos siempre fueran claros, positivos y de crecimiento no habría ningún problema, porque los pensamientos conscientes programarían el cerebro emocional de manera adecuada y lograríamos todo lo que nos proponemos.
La mayoría de las personas reaccionan basándose en los resultados y los factores externos, llámese sucesos, personas, cosas ó situaciones, y como estos resultados no son positivos entonces los pensamientos derivados de esos resultados no van a ser los mejores, van programando el cerebro emocional y luego se manifiestan a través del cuerpo en forma de acciones y comportamientos negativos produciendo más resultados negativos. Por lo general el ciclo se repite y esos resultados negativos iguales ó peores que los anteriores producen más pensamientos negativos que de nuevo programan y refuerzan los que ya habían y así van pasando los días, los meses y los años produciendo los mismos resultados, incluso volviéndose automáticos, hasta que llega un punto donde nos preguntamos ¿Por qué me pasa siempre lo mismo? Es evidente que ante este tipo ciclos mentales las metas, objetivos y acciones se pierden, vemos cada vez más limitaciones, pensamos que no tenemos nada que hacer “Supuestamente”
¿Se puede romper el patrón? Por supuesto, acá entran disciplinas como la psicología, el coaching, la neurociencia, la programación neurolingüística o todas combinadas de alguna forma a través de terapias personalizadas, cursos y talleres, donde se busca romper ese ciclo repetitivo que nos hace perder tanto tiempo sin darnos cuenta dado que se nos ha vuelto costumbre estar mal.
Es normal que produzcamos resultados negativos, caer es permitido pero levantarse es un deber para hacerle honor al potencial ilimitado del cerebro, la idea es romper ese ciclo repetitivo y escoger conscientemente resultados diferentes para cambiar nuestra vida, la programación mental de nuestro cerebro y mejorar para despertar esos niveles de consciencia y lograr grandes resultados.
Cuando conscientemente logramos plantear nuevas formas de ver las cosas, asumir retos, metas, objetivos dignos de superación y crecimiento, organizar nuestras ideas y cambiar a pensamientos positivos, el cerebro emocional y su química logra cambios increíbles, el dialogo interno mejora a la luz de nuestra nueva forma de ver el mundo y somos más orientados al logro, los paradigmas y creencias cambian, por lo tanto entramos en una reprogramación total de nuestras reacciones automáticas que se manifiestan a través de nuestro cuerpo en forma de comportamientos y acciones que finalmente producen resultados positivos mucho más gratificantes.
¿Cómo lo hacemos?
Existen diversas formas, muchas disciplinas y libros que plantean muchas cosas interesantes, acá va en términos generales un esquema común a muchos procesos:
1. Se recomienda identificar exactamente y con sinceridad la situación limitante que queremos resolver, si no logras hacerlo busca ayuda de un profesional que te oriente.
2. Procura identificar las palabras que usas al referirte a los demás y a ti mismo, si hay mucha negatividad intenta modificar ese patrón de manera consciente.
3. Ya identificada la situación limitante procurar hacer un paralelo de ventajas y desventajas de continuar en esa situación limitante, para lograr elevar los niveles de consciencia.
4. Plantéate varias alternativas de solución para superar la situación limitante con lo que tienes en tu mente hasta ahora.
5. Elige la alternativa de solución que más te guste y sobretodo que se adapte a tu esencia, luego trata de convertirla en un objetivo orientado al logro y con el cual puedas comprometerte.
6. Observa los resultados de lo que logras para que lo sigas haciendo e incluso mejorándolo y también observa tus fracasos para conscientemente cambies tu forma de hacer las cosas y beneficiarte cada vez mas de tus acciones.
“Ciertamente el significado de las palabras radica en los actos en los que se manifiestan, sin la acción todo es vida pensada pero no vida vivida”
Daniel Sánchez.
Fuente: Cerebro en práctica
Artículo recuperado de internet